Al verte en aquel lugar algo cambió en mi, no pude evitar mirarte, yo te buscaba la mirada, pero tu no me respondías con otra. Llegó el momento en el que me rendí, deje de mirarte, pero... sin previo aviso al levantar la mirada, vi tus ojos azules mirándome, fue gracioso, al mirarte de nuevo me quitaste los ojos de encima, bajaste la mirada, tu cara estaba roja como la camiseta de una de mis amigas, ella me miraba, se daba la vuelta te miraba a ti, volvía a girarse, sonreía y me hacia señas con la cabeza para que me acercara a ti, yo no tenía pensado hacerlo, pues me daba mucha verguenza, pero vi que te levantabas, me miraste y me sonreíste. Yo pensé, vamos! a que esperas? que se va!. No lo dude, me levante, respire hondo y empece a andar hacia ti, para que te dieras la vuelta toque tu hombro, al darte la vuelta se me había ido de la cabeza todo lo que tenía pensado decirte, me quede en blanco!. Pero me volví a armar de valor y dije un tímido Hola.
Hola, me respondiste con un tono nervioso y con una sonrisa que ilumino aquel lugar. Solté aire y fui al grano:
Bueno, te preguntaras porque he venido a hablar aquí contigo, y es que me has llamado mucho la atención y quería saber si quieres tomar algo. Nunca pensé que fuera a salir eso de mi boca y tan rápido, pero había sido perfecto, porque tu aceptaste a tomar algo. Allí estuvimos una hora por lo menos hablando, al pasar la hora había sonado la alarma de mi telefono, tenia que irme ya!, era una pena pero no me quedaba otra.
Te dije que me tenia que ir, estuve un rato mirandote sin decirte nada, hasta que te di un beso en la mejilla, sonreí, te di las gracias y tu me preguntaste porque.
Por hacerme pasar un buen rato, ha sido una hora, pero la mejor hora de mi vida, no hizo falta nada mas para estar a gusto, solo dos sillas y nosotros.
Tu no dijiste nada, te sonreí, te dije adiós y me di las vuelta dejándote detrás de mi, de pronto note que me cogías de la muñeca, al darme la vuelta me besaste la frente y me dijiste, de nada.
Desde entonces leo esto para recordar de el mejor día de mi vida. Se que le pedí al destino poder conocerte, pero eso no fue suficiente para que te quedaras a mi lado, ya que el destino no me dejo lo que quería, sigo esperando esa estrella a la que pedirle volver a verte y pasar mejores ratos a tu lado.
Hola, me respondiste con un tono nervioso y con una sonrisa que ilumino aquel lugar. Solté aire y fui al grano:
Bueno, te preguntaras porque he venido a hablar aquí contigo, y es que me has llamado mucho la atención y quería saber si quieres tomar algo. Nunca pensé que fuera a salir eso de mi boca y tan rápido, pero había sido perfecto, porque tu aceptaste a tomar algo. Allí estuvimos una hora por lo menos hablando, al pasar la hora había sonado la alarma de mi telefono, tenia que irme ya!, era una pena pero no me quedaba otra.
Te dije que me tenia que ir, estuve un rato mirandote sin decirte nada, hasta que te di un beso en la mejilla, sonreí, te di las gracias y tu me preguntaste porque.
Por hacerme pasar un buen rato, ha sido una hora, pero la mejor hora de mi vida, no hizo falta nada mas para estar a gusto, solo dos sillas y nosotros.
Tu no dijiste nada, te sonreí, te dije adiós y me di las vuelta dejándote detrás de mi, de pronto note que me cogías de la muñeca, al darme la vuelta me besaste la frente y me dijiste, de nada.
Desde entonces leo esto para recordar de el mejor día de mi vida. Se que le pedí al destino poder conocerte, pero eso no fue suficiente para que te quedaras a mi lado, ya que el destino no me dejo lo que quería, sigo esperando esa estrella a la que pedirle volver a verte y pasar mejores ratos a tu lado.
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